Vistas de página en total

martes, 24 de febrero de 2015

Capítulo 2: La decisión de la princesa, una propuesta idecorosa

Peach sabía que debía marcharse sin que nadie se diera cuenta, por lo que, aprovechando que era la única que se encontraba despierta en el castillo se bañó, se vistió, empacó todo lo necesario en una gran maleta rosa, después de todo... ella se iría para siempre. Las palabras de Rosalina aún resonaban en su cabeza. Pero ella no iba para curar las "heridas" del Rey de los Koopas. Sus únicos motivos eran salvar el Reino, además de la curiosidad por saber si alguien lastimó a Bowser para que se volviera mas malvado de lo que era antes desde bebé.

Ya estaba lista para partir, solo hacia falta algo. Tomó una hoja de papel y un lapiz para escribir una nota. Al terminarla salió de su habitación, se dirigió a la puerta del cuarto en donde se hospedaba Mario y pasó la nota por debajo de la puerta. Ella caminó hasta la puerta principal de su castillo, cerciorándose de que nadie estuviera observándola. La abrió con cuidado para no despertar a nadie, salió y con el mismo cuidado con el que abrió la puerta, la cerró. Ya fuera del castillo inició su fuga secreta y corriendo apresuradamente se alejó, sin notar que un Yoshi que por allí pasaba la miraba curioso.

Dentro del castillo, Mario comenzaba a despertar. Debido a que él es muy rápido en las mañanas se levantó de golpe y se disponía a dirigirse a los baños del castillo. Sin embargo, no pudo evitar notar algo cerca de su puerta, una nota. Guiado por la curiosidad la levantó, la desdobló y empezó a leerla.




'Querido Mario:

Lamento decirte esto, pero he decidido ir a vivir con Bowser por el bien de los habitantes de mi Reino. Era la única manera, pero a pesar de todo siempre te amaré. No me sigas, no vengas por mí, estaré bien. 


Por siempre tuya,
Tu querida princesa Peach

P.D.: Te dejaré a cargo del Reino, eres el más calificado para dirigir a los Toads, cuídalos mucho por favor, especialmente al Maestro Kinopio, y dile que no se preocupe por el bien de su salud'

Al acabar de leer la carta no podía creer que su hermosa princesa se haya marchado directo a las garras de ese monstruo. No podía dejar que cometiera ese error, por lo que despertó a Luigi y a Daisy, la que por cierto le propinó una paliza al fontanero por despertarla tan súbitamente, les explicó todo y les pidió que lo acompañaran para detener a Peach. Salieron del castillo como de rayo y en los jardines lograron avistar a un Yoshi que caminaba por los alrededores, posiblemente en busca de fruta.

Disculpa, ¿has visto a una hermosa joven de cabellera rubia y larga y vestida completamente de rosa? Para mas señas trae puesta una corona dorada con zafiros y rubíes incrustados en ella. Le preguntó al Yoshi nada más acercarse a él.

Te lo diré, pero primero dame algo de fruta, por favor. Exigió, no muy amablemente el dinosaurio verde al fontanero. Mario iba a explicarle que ya no tenían fruta debido a la invasión permanente de plantas piraña, pero en ese preciso instante Luigi se acerca y le da de comer una fruta. Mario, furioso, le preguntó a su hermano que desde cuando tenía esa fruta. El fontanero de verde le respondió que la estaba guardando para emergencias. 

Al fontanero rojo le dieron ganas de matarlo pero debía centrarse en lo más importante. Le preguntó nuevamente al Yoshi si había visto a la joven que le describió al inicio. El dinosaurio asintió e indicó que se fue en dirección al Reino de las Sombras. Con la rapidez de un rayo, el trío emprendió su persecución para detener a Peach de su "mala decisión".

En el temible Reino de las sombras; el cual tenía ríos de lava por doquier, chomp cadenas custodiando algunas zonas de dichas tierras, un cielo completamente nublado por las cenizas volcánicas y que, como recordaran, estaba rodeado por una barrera mágica, se encontraba Bowser, esperando pacientemente a su amada Peach. Él sabía que ell haría lo que fuera por salvar a su reino de la desgracia como cualquier soberano. Esperó y esperó y esperó. Pasadas unas horas pudo divisar a lo lejos a una hermosa mujer que cargaba una maleta rosa y además poseía una larga y hermosa cabellera rubia. El Rey de los Koopas pudo reconocerla aun estando lejos, era su adorada princesa, con la que se casaría y serían los soberanos supremos de todo el reino. Peach por su lado, se acercaba más y más hasta llegar cerca de la barrera. Al otro lado la esperaba el malvado Bowser.




!Vamos, entra! !Te he estado esperando! Exclamó Bowser al notar que ya tenía bastante cerca a su "presa". Sin embargo la princesa no se movió, se limitó a quedarse en el sitio donde se había detenido. Bowser, furioso, le exigió que entrara ahora mismo. ¡Primero debes jurarme que cumplirás tu promesa y retirarás las plantas piraña de mis jardines y de las cosechas de mis Toads! !Y detén los terremotos!

Bowser ya estaba perdiendo la paciencia, pero sabía que debía cumplir su palabra si quería que la princesita viviera con él toda su vida. Ordenó a Kamek que deshiciera el hechizo y el rápidamente fue hasta la Ciudad Champiñón exterminando a la plaga y deteniendo los continuos terremotos. ¿Contenta? ¡Ahora cumple tu parte del trato o haré que Kamek vuelva a plantarlas y que el reino sea devastado nuevamente por esos terremotos!

A la joven aún le desagradaba la idea de vivir con el horrible reptil que la ha secuestrado todos estos años, pero una promesa es una promesa. Pero en el instante en que decidió traspasar la barrera escuchó unas voces familiares que la llamaban.

¡Peach no lo hagas! Gritaron a la vez Mario, Luigi y Daisy, que se aproximaban a la joven princesa. El rey Koopa estaba furioso por la inoportuna llegada de esos tres que venían a arruinar su plan. Mario era el que más deseos tenía de que su hermosa novia regresara con él al Reino Champiñón, la tomó de su brazo delicadamente y se disponía a escoltarla. Sin embargo ella no se movió, extrañando al fontanero, su hermano y a su prima Daisy.

Lo lamento Mario, no puedo regresar. Debo hacer esto... por el bien no solo de mis súbditos.... sino también por el de ustedes. Mario quedó en shock por las palabras de su amada princesa. No podía creer que ella dijera esas cosas, sobre todo tomando en cuenta todo el mal que les ha ocasionado el malvado Rey Bowser. Luigi y Daisy estaban igual de consternados.

Cálmense, yo estaré bien, se los prometo. Mario, debes ser fuerte y dejar que yo haga esto. Luigi, cuida bien de tu hermano y cálmalo cuando haga falta. Daisy... yo... tú... has sido una buena amiga... mi única prima.... y me conoces mejor que nadie, y sabes cuando yo he tomado una decisión. No espero que entiendan.... pero les pido que confíen en mí. Al trío, tristemente, no les quedaba mas opción que asentir a lo que Peach les había dicho y Mario la soltó para que fuera con su archi-enemigo.

La joven Toadstool le dio un tierno beso de despedida en los labios a su novio y procedió a traspasar la gran barrera del Reino de las Sombras, reúniendose con su captor voluntariamente. Bowser, por su parte, sostuvo el brazo de su ahora permanente prisionera al mismo tiempo que se mofaba de sus enemigos que lamentaban la pérdida de su estimada amiga. Mario, Luigi y Daisy, sin poder hacer ya nada, decidieron entristecidos regresar al Castillo de Peach.

El Rey de los Koopas, alegre por su finalmente merecida victoria, cargó a Peach y se encaminó hasta una enorme montaña en la que se divisaba a lo lejos un castillo. Finalmente al alcanzar la cima, Peach miró con asombro aquel castillo y sus alrededores. El Castillo era exactamente igual al de ella, de un fino color blanco, con la punta de las torres de color rosa y una gran puerta de entrada hecha de madera. La única diferencia era que en lugar del símbolo de un champiñón arriba de la puerta, estaba dibujada la cara de Bowser. Lo que más la sorprendió era que incluso el castillo poseía unos jardines idénticos a los de su hogar. Cerca de allí se hallaba un lago cristalino. Encontré esta enorme montaña hace tiempo, tenía el espacio idóneo para todo esto que ves. Le pedí a Kamek que cosntruyera una réplica exacta de tu castillo aquí, incluyendo los jardines y aquel lago que ves. Pensé que asi te sentirías en casa.




Peach no sabía que sentir en ese momento, si gratitud por el gesto del Koopa o inquietud al saber que él conocía su castillo como si fuera de él. Pero ya que le habían enseñado a ser educada y agradecida desde pequeña, sin importar las circunstancias, únicamente se limitó a susurrar un leve: "Gracias"

¿Solo un "gracias"? Bueno, como quieras. ¡Entremos de una vez! Y una vez dicho eso entró aun cargando a la joven princesa llevándola hasta el comedor. Dicha estancia era similar a la de su castillo, con la diferencia de que entre todas las sillas que habían se encontraban dos mas grandes. Una de color rosa con una corona dorada dibujada en el respaldo y la otra mucho mas grandes con cuernos en los bordes del respaldo. Bowser bajó delicadamente a la joven y la llevó hasta su silla invitándola a sentarse. ¡Es hora de comer, querida! Este castillo tiene algo muy especial, por cierto. Solo tú y yo podemos pedir cualquier cosa y aparecerá instantáneamente en el sitio donde te encuentres.... permíteme enseñarte.... ejem.... Quiero un plato con mucha carne para la princesa Peach. Y con aquella petición del rey, frente a Peach aparecieron muchos platos llenos de filetes, piernas de pollo, lomos de vaca y muchos alimentos de carne.

Esto... eres muy amable, pero... yo soy vegetariana. Explicó nerviosa, pero tratando de no sonar descortés. ¡Ups, mi error! Lo había olvidado completamente. Bowser movió los platos con carne hasta el lado de la mesa donde se encontraba la silla mas grande, que evidentemente era la que el Rey Koopa usaría posiblemente para hacerle compañía o comer junto a ella. Al mover los platos a su sitio de la mesa ordenó que frente a Peach aparecieran platos con ensaladas, arroz, papas, entre otros alimentos de origen vegetal. Por último el temible rey se sentó en su silla y ordenó a la princesa que comenzara a comer. La joven Toadstool se limitó a tomar un tenedor para comer un poco de lo que tenía frente a ella, pero no evitó notar los deplorables modales del Koopa para comer. Devoraba los alimentos como si fuera un animal salvaje, aunque era claro que técnicamente eso era él precisamente.

El enorme reptil hizo una pausa de su "refinada" merienda y contempló a la joven. Peach, ¿Por qué no comes? ¿Acaso no te gusta o... es por el hecho de tener que comer junto a mi? Peach ante la intimidante voz del rey de los Koopas solo pudo decirle que nunca había visto tantos platillos deliciosos frente a ella y comenzó a comer educadamente las ensaladas y demás alimentos que Bowser le ofrecía. Al ver que su bella "futura esposa" finalmente probaba bocado, continuó devorando los restos de carne que tenía frente a él.

Mucho más tarde Bowser ya había acabado toda su comida, dejando en los platos únicamente huesos y pequeñas migajas, a diferencia de Peach que dejó mucha de su ración de alimentos. El rey molesto le exigió una explicación de porque no había comido todo. La princesa aterrada, le respondió que ya se sentía satisfecha y que solo quería dormir.

El gigantesco rey no le creyó al principio, no obstante optó por seguirle el juego.  Muy bien, tu habitación está exactamente en la misma planta que tu castillo. Pero..... antes de que te marches.... todos los días te haré una simple pregunta, y no cesaré en preguntarla hasta que me respondas lo que quiero escuchar. Peach ya no aguantaba estar ni un minuto más con su captor, pero se atrevió a averiguar que clase de pregunta era. Bowser sonrió de un modo siniestro, listo para hablar. ¿Te casarías conmigo?

La princesa casi se cae de la silla por la impresión que aquellas palabras le ocasionaron. Sabía perfectamente que él estaba obsesionado con ella y deseaba casarse con ella a como de lugar. No quería decirle que si, ya que so corazón ya pertenecía a Mario, pero temía que si le contestaba un no se enfadaría bastante. Luego de pensarlo unos instantes se armó de valor y le respondió, o mejor dicho le susurró un tembloroso "No". Al percibir que Bowser no reaccionaba temió lo peor, pero para sorpresa de ella el rey Koopa se levantó de su silla sin hacer nada. Puedes marcharte, ya es muy tarde. Quiero que descanses mi preciosa princesa. Lentamente Bowser abandonó la habitación, dejando sola a una consternada Peach. Habiéndose recuperado del susto, sin demora se levantó de su silla y corrió a su habitación. Tal como le había dicho Bowser, se encontraba en el mismo sitio que en su propio castillo. Habiendo entrado, corrió hasta su cama desplomándose sobre ella y por último pudo derramar lágrimas, tanto de tristeza como del miedo que estaba soportando desde que llegó y así duró varias horas hasta que se durmió por el cansancio.

Por su lado Bowser regresó a su castillo y caminó a su cuarto ignorando la típica bienvenida que le daban sus súbditos cada vez que llegaba. Habiendo entrado y cerrado las puertas de su recámara, destrozó muchas de sus cortinas y muebles encolerizado. ¡No lo puedo creer! ¡Después de lo amable que fui con ella, se atrevió a responderme un "NO"! ¡Mis planes están fracasando! Uf, cálmate, cálmate.... muy pronto ella deberá contestarte un "si" y cuando eso ocurra, todo este mundo será mío, ¡¡Bwajajajajaja!! Si, después de todo.... Ella se quedará a vivir aqui.... por siempre.... ¡Y PARA SIEMPRE! ¡BWAJAJAJAJAJAJAJA!

El maligno plan de Bowser estaba marchando a la perfección, o casi. Pero comprendía perfectamente que debía ser paciente para que la joven princesa acatara sus deseos. Sin embargo Peach estaba triste y aterrada por tener que vivir el resto de su vida con el monstruo que la ha atacado y acosado desde que tenía memoria. Pero, ¿Tenia otra alternativa? Claro que no, era el único modo para evitar que aquella "bestia" dañara a sus seres queridos. Ahora era una prisionera para toda la eternidad.

jueves, 19 de febrero de 2015

Volviendo a conocer a mi princesa-Capitulo 1: La maldición en el Reino y la adivina de los astros

Bien, aqui traigo una nueva historia. Será mas corta que "Dimension's story" y no se preocupen, no dejaré de lado esa historia, solo estoy dando tiempo de dar intriga a los lectores. Los protagonistas aqui serán la princesa Peach y Bowser. Disfruténla.


Muchos conocen la historia del famoso fontanero Mario y su hermano Luigi, que desde bebés han enfrentado muchos peligros. Ambos han salvado al Reino champiñón y a su princesa de muchos peligros que los han amenazado. Incluso en una ocasión Mario salvó al Reino de Sarasaland y a su princesa, Daisy, de un malvado alienígena llamado Tatanga y ha tenido su propio castillo que fue hurtado por Wario, el cual tenía envidia del héroe del overol. Pero a pesar de los desafíos que él le puso, pudo recuperarlo. Por su parte Luigi ha ayudado a su hermano y también salvado de varios peligros, una de sus mas famosas aventuras fue capturando fantasmas y al temible Rey Boo, que había capturado a Mario en un retrato en dos ocasiones. Pero esos enemigos no se comparan al mayor villano que han enfrentado una y otra y otra vez. Es nada más y nada menos que el maligno rey de los koopas, Bowser, que ha ambicionado conquistar el reino Champiñón, pero no solo eso. Otro de sus objetivos es ganarse el afecto de la princesa Peach, eterna enamorada de Mario. Bowser, junto a sus hijos los koopalings y Bowsy, además de su fiel koopa troopa han invadido el reino y secuestrado en varias ocasiones a la hermosa princesa de cabellera rubia. Sin embargo sus planes siempre eran frustrados por los dos hermanos del overol, en ocasiones recibiendo ayuda de amigos que han encontrado en sus aventuras.


Pero…. ¿Y si Bowser no es tan malvado como dice 
ser? ¿Y si ocultara algún motivo secreto para sus viles actos? Esta es la historia de un plan malévolo. La historia del sufrimiento y redención del Rey de los Koopas.

Mario, Luigi y los Toads amarillo y azul había derrotado a Bowser y rescatado a Peach de sus garras una vez más.  Lograron devolverla sana y salva a su castillo y allí decidieron celebrar una fiesta por la victoria número... ¿Quien sabe cuanto?

Peach y algunos Toads se encargaron de preparar el pastel, Mario, Luigi y Daisy; que ya era la novia de Luigi, y el resto de los Toads colocaban los adornos.

Mientras tanto en el Reino de las Sombras, Bowser se recuperaba de las heridas del último combate al mismo tiempo que tramaba su siguiente
invasión al Reino para secuestrar a Peach. Esos malditos hermanos, ¡siempre interfieren en mis planes! Si no tuvieran fuerzas para pelear, yo... En aquel instante al malhumorado Koopa se le ocurrió un plan. Llamó a Kamek y le ordenó que, junto a sus compañeros Magikoopas, causaran Caos en el Reino Champiñón. El anciano Magikoopa llamó a sus compañeros y volando en sus escobas se dirigieron sin demora a la Ciudad Champiñón.





De regreso al Castillo de Peach, los fontaneros, las princesas y los Toads disfrutaban de la gran fiesta que habían organizado, sin mencionar la comida que allí había. Incluos se organizaron algunos concursos, uno de ellos fue un concurso de talentos que ganaron Luigi y Daisy interpretando a sus alter-egos Mr. L y Mrs. D. Pero en el concurso de baile la corona y las ovaciones se las llevaron Mario y la princesa Peach. Sin embargo cuando todos se tomaron un tiempo para descansar, escucharon un tumulto afuera, proveniente de la ciudad.


Gritos y aullidos de miedo de parte de los Toads que alli habitaban se escuchaban hasta la región mas lejana del Reino. Mario y Luigi decidieron salir a ver lo que acontecía y cual fue su sorpresa al observar a los magikoopas usar su magia para causar desgracias en todo el Reino. Sequia, lluvia de meteoritos de fuego, Invasión de plantas piraña que se comían las cosechas y reservas de alimento del Reino y Terremotos que no se detenían eran varias de las cosas que habían invadido todo el territorio. Adicionalmente Kamek creó una especie de domo oscuro que los mantenía aislados de todo aquel que pudiera ayudarlos con recursos. 

N-No puede ser... Bowser, ¿Cómo puedes hacernos esto? Se preguntó Peach aterrada por las barbaridades que Kamek y sus camaradas provocaron en todo el Reino. Y casi como si fuera una invocación Bowser hizo acto de presencia montado en su Koopa Clawn Car.



Buajajaja, Buenas tardes champiñones esponjados, fontaneros bigotones y princesas. Veo que "disfrutan" del caos que ocasionaron mis magikoopas. Enunció con sarcasmo, al mismo tiempo que reía maniáticamente de la desgracia que invadía a la Ciudad. 

¡Bowser! ¡Ahora si has llegado lejos! ¡Te golpearía si pudiera atravesar este domo! ¡Ven aquí y pelea cobarde! Bramó Daisy completamente encolerizada y con ganas de romper algo. Afortunadamente Peach consiguió calmarla antes que eso sucediera y decidió hablar ella misma con el Rey Koopa. ¿Qué es lo que quieres, malvado reptil? Le interrogó la princesa muy molesta por lo bajo que había caído. El maligno rey por su parte solo se carcajeó al ver la actitud valiente que dominaba a Peach en ese instante.  

Es bueno que lo preguntes, princesa. Verás, quiero hacer un trato. Ordenaré a Kamek que anule todo siempre y cuando cumplan con mis demandas.

¿Estas loco? ¡Primero muertos antes que obedecerte! Vociferó Mario, adoptando su ya típica posición de combate, eso hasta que Luigi lo calmó, ademas de querer decirle algo. Pero Mario, la comida ha escaseado, incluso el trigo para hornear nuestros spaghettis y ravioles favoritos.

Mario, habiendo escuchado a su hermano, soltó un grito de desesperación que podría dejar sordo a quien estuviera cerca de él.

Oh, Mario. Muy bien, Bowser, ¿Qué es lo que quieres? Demandó Peach con amabilidad, pero también con determinación.

El Rey de los Koopas se aclaró su garganta y comenzó a dictar sus demandas. Solo son 3 condiciones. Primero, si quieren que detenga la sequía, quiero que me entreguen la mitad de las monedas del Reino. Daisy, Mario y muchos Toads protestaron ante aquella petición del horrible reptil, pero al no tener otra opción para recuperar el agua todos la aceptaron. Inmediatamente Bowser prosiguió con su siguiente solicitud. 

Lo siguiente es... oh si, para quitar el domo y detener la lluvia de meteoritos de fuego... quiero que cada mes manden una gran ración de carne a mi castillo como tributo.

La princesa se lo pensó unos segundos y ya que no comían muy seguido alimentos provenientes de animales aprobó la solicitud, aunque Mario no pudo evitar desmayarse, ya que eso incluía las albóndigas para sus platillos favoritos. Esta bien, Bowser. Haremos todo eso cuando reunamos lo necesario.... y... ¿Cuál sería la tercera petición? Cuestionó Peach con algo de miedo por la mirada lasciva de Bowser.

Bien, si quieren que los constantes terremotos y la plaga de plantas piraña come cosechas se esfumen... Tendrán que dejar que Peach... se vaya a vivir a mis Tierras... para siempre. Pero debe ir por su propia voluntad. Y no intenten nada, antes de venir me encargué de invocar una gran barrera mágica que solo yo, mis hijos y mis secuaces podemos pasar. Y claro, los que no sean parte de los ya mencionados solo podrán traspasarla si se los permito, en este caso solo a la princesa Peach la dejaré pasar... pero no podrá salir nunca a menos que yo lo permita. Y una cosa más, si alguien más trata de traspasarla... morirá instantáneamente hasta ser solo cenizas... ¡Bwajajajajaja! ¡Adios, tontos! Y dicho eso se marchó en dirección a su castillo, dejando muy pensativos a todos, en especial a la joven princesa. Aquella petición del Koopa la había estremecido. Sabía perfectamente la obsesión que tenía el tirano hacia ella, y el solo hecho de estar en la misma estancia que él le desagradaba. Sin embargo... ¿Si era la única forma de salvar a su reino de la maldición de Bowser? No sabía que hacer, ¿Quién regiría el Reino en su lugar? ¿Cómo se sentiría su amado héroe Mario si no la tuviera cerca y no poder rescatarla debido a esa barrera? 

Los días pasaron y solamente habían cumplido la primera y segunda demanda de Bowser, por lo que la sequía, la lluvia de meteoritos y el domo mágico fueron anulados tal como lo había prometido el perverso rey. En cambio las plantas piraña continuaban deteriorando las cosechas de los Toads y cada cinco minutos se iniciaba un terremoto, a veces tan fuerte que destrozaba alguna casa Toad. Mario y Luigi ya no tenían fuerzas debido a su falta de ración de spaghetti. Peach estaba devastada y confundida, no sabía que hacer. No podía pedirle consejo a su prima Daisy debido a que ella obviamente le diría que no fuera a vivir con aquella "repugnante tortuga". Hasta que una idea le vino a la mente, debía ir con la única persona que ella consideraba completamente imparcial como para ayudarla a escoger la decisión correcta.

Esa noche, cuando todos dormían, se escabulló por la Ciudad Champiñón hasta llegar a un misterioso cohete espacial de color blanco con delgadas franjas celestes. Nuestra amiga nos dejó este cohete para que pudiéramos visitarla cuando quisiéramos o cuando hubiera una emergencia... ahora ha llegado el momento.... Además... esta nave es especial... solo se activa con el sonido de mi voz. Susurró para si misma la princesa al mismo tiempo que dijo "ábrete" y la compuerta de la nave se abría y entró en ella. Al llegar a la sala de mando ordenó a la nave que comenzara la cuenta regresiva para despegar. 10... 9.... 8.... 7... 6.... 5.... 4.... 3.... 2.... 1.... ¡DESPEGUE! Anunció la computadora de la nave y en el instante en que se escuchó la palabra "Despegue" la nave espacial comenzó a elevarse mas y mas hasta pasar la estratósfera, luego la mesósfera, posteriormente la termósfera y por último la exósfera. Hace mucho tiempo que viajó en el espacio, aunque no fue en la mejor nave del universo. De todas maneras el espacio exterior se veía igual de hermoso a cómo lo recordaba.

        


A lo lejos vio una edificación flotante, con un hermoso jardín, sin mencionar las pequeñas criaturas que revoloteaban alrededor de ella. Eran nada menos que los Luma.



Rosalina, allá voy. Eres la única que puede ayudarme.

Habiéndose acercado al hogar de Rosalina, conocido como el Planetarium, la nave comenzó a decender suavemente en la pista de aterrizaje. Habiendo acabado de aterrizar Peach salió de su interior y, recibida por muchos Lumas alegres, se dispuso a entrar en la casa de su amiga para buscarla. No tuvo que pensar mucho en donde iniciar su búsqueda, ya que sabía perfectamente que su amiga es una aficionada a la lectura y a estudiar nuevos hechizos de magia estelar. Sin demora corrió lo más rápido que podía por los pasillos hasta llegar a la biblioteca y allí la encontró. Era una joven alta, de tez blanca y un cabello rubio mucho más claro que el de ella y que llevaba peinado en un flequillo que cubría uno de sus ojos, los que por cierto eran de un color azul muy bellos. Vestía un hermoso y brillante vestido celeste con detalles blancos, sostenía en su mano derecha una varita plateada y delgada con una pequeña estrella dorada en la punta. Y en su cabeza portaba una corona plateada con joyas rojas y azules a los lados. A su lado la acompañaba un Luma de color amarillo que al parecer la estaba ayudando a escoger un libro.

   


Peach estaba a punto de hablar para llamar su atención, pero la otra joven fue la primera en iniciar la conversación. 

Peach, me da gusto verte, amiga mía. Las estrellas me dijeron que vendrías. Y también me dijeron el problema que atormenta a tu Reino. La princesa quedó sorprendida ante la anticipación que ella tenía para saber las cosas que sucedían por medio de los astros y solo pudo pronunciar con voz fuerte y desconcertante: ¡Rosalina, cada día me impresionas! La princesa de los astros solo se limitó a pasearse por la biblioteca, revisando sus estantes uno por uno. Hubo un gran silencio incómodo, hasta que Peach decidió romperlo. Dime, ¿que debo hacer amiga?

Rosalina observó unos instantes a su amiga y, al igual que Luma, le hicieron señas a la joven para que la siguiera. Al no tener otra opción caminó detras de ella. Avanzaron exactamente por el mismo pasillo por el que vino Peach hasta llegar al mirador, en donde la princesa de los astros tenía un telescopio. Ella procedió a observar a través de él el espacio infinito. No puedo decirte exactamente que hacer, pero debo consultar a las estrellas para poder tomar la mejor decisión. Esto tardará un rato, ten paciencia mi joven amiga, ¿de acuerdo?  Ante las palabras de la princesa, la joven Toadstool se sentó a esperar la resolución de su mejor amiga. Pasaron unos minutos, o tal vez horas, pero Rosalina al fin habia acabado de mirar por su telescopio y se aproximó a la princesa. Muy bien, las estrellas me han dicho lo siguiente: Un rey... criado para ser malvado... un día su corazón se rompió... y nunca más volvió a ser el mismo, eso es todo lo que te puedo decir. La joven Toadstool quedó confundida ante el enunciado de Rosalina, pero tras pensarlo unos pocos segundos lo comprendió. ¿Un rey... criado para ser malvado? Con eso te refieres a Bowser, ¿no es así? Pero... ¿un corazón roto? ¿No estarás diciendo que él alguna vez tuvo uno? La princesa de los astros solamente le dio la espalda. Se mantuvo así por un rato hasta que decidió mirar a la soberana del Reino Champiñón nuevamente. Toda criatura tiene un corazón. Solo que algunos lo ocultan en lo mas profundo de su ser. Algunos para no ser lastimados nunca. Otros, como Bowser, porque ya lo han lastimado una vez. 

Peach no podía creer lo que Rosalina le decía. ¿Bowser con un corazón? Y si fuera verdad, ¿Quién pudo haberlo lastimado? Antes de que pudiera preguntar algo más, la princesa de los astros retomó la palabra. Las estrellas también me dijeron... que el rey de los Koopas ha sido una criatura solitaria, que ha hecho actos viles por tristeza, enojo... y solo alguien de corazón puro y bondadoso puede curar sus heridas por completo. Y esa persona eres tu, Princesa Peach. Debes ir con él no solo para salvar tu Reino si no también para salvarlo a él de su prisión interna. La joven quedó sin habla, pero había comprendido perfectamente todo lo que su amiga le dijo. Aunque también en el fondo pensaba que estaba loca, sin embargo no podía dudar de ella cuando consultaba a las estrellas, ya que todo lo que ellas dicen es la verdad. Es hora amiga mía, debes volver a tu hogar. El Luma amarillo comenzó a bailar alrededor de Rosalina a la vez que ella agitaba su varita lanzando un brillo que rodeó a la princesa desvaneciéndola en el acto.

A la mañana siguiente, Peach estaba en su cama, durmiendo apaciblemente hasta que uno de los rayos del sol golpeó su rostro, despertando de su sueño. Bostezó y se estiró para desperezarse, pero pronto recordó todo lo que sucedió. Ella había visitado a la princesa Rosalina para poder tomar una decisión de lo que haría. Aún no estaba segura de eso, sin embargo si su mejor amiga decía la verdad, ella sería la única capaz de sanar el corazón del Rey de los Koopas.

Ok, eso será todo por hoy. Y no, para aclarar y po si lo piensan no habrá nada entre Peach y Bowser. No me desagrada tanto el PeachxBowser, pero soy definitivamente fan del MarioxPeach. Ya sabrán más de lo que les deparara el futuro a la princesa del reino champiñón y el rey de los koopas si continúan leyendo esta historia. Cualquier duda o sugerencia solo comenten. Adiós.