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domingo, 29 de marzo de 2015

Capitulo 6: ¡Día de nieve!

Cuando Bowser despertó la joven princesa seguía durmiendo. Sonriendo le acarició la cara. Esto es mejor de lo que yo imaginaba. pensó. No solo tendré una hermosa novia, será una que me gusta mucho. ¡Y será una gran reina! A continuación tuvo una fantasía de si mismo sentado en un trono, con una vista hacia el Reino Champiñón rodeado de lava y aguas termales. Y en un trono mas pequeño que el de él, vestida con un traje negro con detalles amarillos y una corona de bronce con joyas puesta en su cabeza, se encontraba Peach. No pudo evitar pensar que se vería radiante.


Peach se agitaba, comenzando a despertar. Bowser apartó su pata y cerró sus ojos fingiendo que dormía. Cuando ella se desperezó completamente lo primero que vio fue la cara del Rey de los Koopas, supuestamente dormido. Notó que su cola se había enroscado alrededor de su cuerpo. Poco a poco trató de apartarse de él sin despertarlo, pero Bowser, decidido a pasar un buen rato usó toda la fuerza de su cola para acercarla más. Peach estaba atrapada. Consideró el despertarlo, pero no quería ser grosera. Además su cuerpo se sentía suave contra su espalda. De manera que no tenía mas opción que ponerse cómoda. Al hacerlo escuchó una risa baja. Se volvió hacia el Koopa, que abrió los ojos súbitamente. ¡Buenos días!


Ella dejó escapar un grito y del susto saltó fuera de su agarre. ¿Has dormido bien, querida amiga?



La princesa se tranquilizó y respondió un tímido "Sí".

¿No hubo pesadillas?

No.... en realidad, no había dormido tan bien en años. Y así fue, no hubo más pesadillas. No obstante si había soñado algo hermoso que involucraba al Rey Koopa, sin embargo decidió mantenerlo para si misma.

¡Espléndido! Luego él con su cetro convocó una bandeja de muffins de arándanos para que comieran. Cuando ella tomó uno pensó en su prima Daisy. Ellas siempre hacían muffins juntas.

Estaba pensando... pronunció al masticar. Mis hijos, en especial Bowsy, quieren pasar tiempo contigo. Pero no se los permitía antes hasta que te sintieras más cómoda viviendo aquí. Ahora que a simple vista parece que no hay ningún problema ¿Qué te parece si hacemos algo que te guste?

Peach lo pensó por un momento, la verdad no le agradaban mucho los hijos del Rey Koopa. Aun así, si ellos querían pasar tiempo de calidad con ella no podía negarse. Solo debía decidir la actividad que realizarían juntos. Que te parece si fuera.... um.... ¿Patinaje sobre hielo?

Bowser casi se atraganta con su muffin al escuchar eso. Él nunca fue bueno para esa actividad y por esas razones nunca invitaba a sus hijos a pasar un día en la nieve. Además temía que por su peso el hielo se resquebrajara y el se hundiera en el agua fría. Cuando era un pequeño aún, su madre Clementine Koopa, le quiso enseñar a patinar, por lo que ordenó a Kammy Koopa, la madre de Kamek, que creara un estanque congelado. Desafortunadamente al no tener mucha práctica él cayó, rompió el hielo, se hundió en el agua helada y salió flotando en un cubito de hielo. Por suerte su madre lo sacó y descongeló a tiempo, mas nunca jamás quiso patinar en hielo nuevamente debido a aquel espantoso suceso. ¿Dijiste patinaje sobre hielo?

Claro ¡Es divertido! ¿O prefieres hacer algo más?

N-No.... el patinaje sobre hielo sería agradable... es solo que... mira... tengo una cita con Kamek para estudiar.

Tranquilízate, de seguro lo entenderá.

Pero.... ¿cuál es la prisa?

Yo.... realmente quiero ir a patinar. Él no sabía como decirle que no, por lo que derrotado aceptó.

Habiendo acabado de comer usó una vez mas su cetro para regresar al Reino de las Sombras. Ordenó a la joven princesa que fuera a vestirse con una prenda de invierno mientras él iba a buscar a sus hijos. Peach lo obedeció, entro al castillo, fue hasta su cuarto y comenzó a revisar el armario. Sin demora logró divisar uno, era rosa y muy similar a su vestido de princesa con la diferencia de que carecía de mangas y la falda era mas corta. Incluía con él unos leggings púrpuras con lineas blancas a los lados y unos guantes blancos de invierno. Rápidamente se dirigió al baño con el vestido para lavarse y al acabar salió del baño usando aquella ropa que encontró y se miró unos instantes al espejo. La verdad le quedaba perfectamente y era muy cómodo.



Posteriormente se marchó de su cuarto, salió al exterior del castillo y para sorpresa de ella todo estaba cubierto de nieve y hielo, exceptuando las cercanías del castillo de Bowser. Muchos de sus queridos animales jugaban o se revolcaban sobre la blanca y suave nieve y otros pocos se refugiaban del frío. A lo lejos pudo divisar a Bowser y a sus ocho hijos con él, vestidos con ropa de invierno. Notó ademas que todos los niños koopa llevaban un abrigo y un gorro de lana con sus respectivos colores favoritos. El de Larry era celeste, el de Morton era morado, el de Wendy era fucsia, el de Lemmy era anaranjado, el de Iggy era verde limón, el de Morton era negro, el de Ludwig era azul y por último el del pequeño Bowsy verde claro. No pudo evitar reír al notar al pequeño príncipe con su abrigo y gorro, se veía gracioso y lindo al mismo tiempo. Bowser se acercó a ella para hablarle, sin embargo al verla con ese vestido rosa las palabras no le salían. Bowser, ¿te encuentras bien? Preguntó preocupada la princesa.



¿Eh? Oh, si. Estoy bien... es solo que... te ves hermosa con ese vestido. 

Jiji, gracias. Por cierto dime, ¿cómo hiciste esto?

Solo le pedí a Kamek que cubriera todo de nieve con excepción de las cercanías de mi castillo, además de congelar el lago para que tú y mis hijos patinaran. Al decir eso sacó del interior  de su caparazón nueve pares de zapatos para patinar. 

¡Que bien! Pero... solo hay nueve... ¿Acaso tu no patinaras?

Bowser se amedrentó ante esa pregunta, claro que le hubiera gustado patinar, en especial con ella, pero no podía. ¿Cómo podría explicarle su trauma que no le permitía patinar? Antes de decirle algo ella tomó su pata y lo llevó a la fuerza hasta el estanque. Descuida, puedes hacer aparecer otros con tu cetro. Me encantaría que patinaras con nosotros, será divertido.

El Rey Koopa al ver que no tenía otra opción invocó otro par de patines de su talla. Todos se pusieron sus respectivos patines y Peach fue la primera en comenzar a patinar, seguida de Bowsy y los koopalings. No obstante Bowser continuaba indeciso. Él veía a su hermosa princesa patinando con gracia y elegancia dando vueltas en el estanque. Incluso sus hijos, que habían aprendido a patinar con anterioridad junto a su hermana en una habitación secreta del castillo en donde usaban sus cetros mágicos para crear un clima nevado allí, ademas de hacer aparecer un lago congelado, patinaban como campeones. Un día el descubrió dicho escondite y quiso castigarlos debido a que estaba terminantemente prohibido patinar en hielo. Sin embargo, al ver como su hija maniobraba sin si quiera tropezar, le ordenó usar esas habilidades contra Mario y compañía algún día.

Él dio un paso hacia el hielo y trató de equilibrarse, pero cayó súbitamente por el pánico que sentía. Peach al notar eso patinó rápidamente hacia su amigo para auxiliarlo, al igual que Bowsy y los koopalings. ¿Te encuentras bien? Fue un golpe muy duro. Déjame ayudarte. Ella, con ayuda de los niños koopa, lograron levantarlo. Él solo bajó su cabeza avergonzado. Lo siento.

¿Por qué? No hiciste nada malo, solo te caíste. Eso le sucede a muchos. 

No es eso... es solo que.... Trató de explicarle, pero no quería que sus hijos escucharan también. Peach de algún modo comprendió que él quería hablar a solas con ella.

Pequeños, vayan a patinar, debo hablar con su padre a solas, ¿de acuerdo? Volveremos pronto con ustedes.

Sin cuestionar la orden los ocho primogénitos de Bowser se alejaron para patinar nuevamente, de vez en cuando realizando divertidas y complicadas piruetas.

Ahora dime, ¿qué te sucede?

Verás... yo no... El resto era inaudible.

¿Qué? Dilo otra vez.

Yo no...

¿Sí?

Yo... yo...

Ella sujetó su mentón y lo miró con ternura. Anda, puedes decirme cualquier cosa.

Él la observó y respiró hondo. Nunca aprendí a patinar de niño y siempre quise. Un día mi madre quiso enseñarme pero... ocurrió un accidente, rompí el hielo y quedé congelado hasta los cuernos. Desde ese día tengo.... miedo de patinar.

¿Eso es todo? Creí que era algo peor. No debes tener miedo. Yo te ayudaré a aprender y a olvidar ese tonto trauma. Pero, ¿Por qué no me lo dijiste antes?

Pensé que... creerías que era un cobarde.

¡No seas tonto! Yo nunca pensaría eso de tí. Además todos tienen miedo de algo. ¿Y sabes qué? Tienes suerte de tener ahora una buena instructora de patinaje sobre hielo. Él se animó y aceptó la propuesta de la joven. La princesa sujetó dulcemente sus manos y lo guió por el estanque congelado, sin soltarlo. 



Empecemos, básicamente debes caminar sobre el hielo. Da un paso hacia adelante y... Se detuvo cuando escuchó que Bowser gruño asustado. Trató de hacer lo que le había dicho, pero su pierna se tambaleó y estuvo a punto de caer. Por fortuna sus hijos vieron eso y ayudaron a Peach a mantenerlo en pie. Ante aquel gesto él se ruborizó por la vergüenza. La joven pudo notar perfectamente su rubor y lo calmó diciéndole que no había de que avergonzarse. Bowser miró a sus hijos, ellos sonreían al mismo tiempo que le daban ánimos a su padre gritándole un animoso "¡Puedes hacerlo!"

Tal vez debería mostrarte primero. Wendy, tengo entendido que tu sabes patinar perfectamente. Enséñale a tu padre como debe hacerse. 

¡De acuerdo! Si es por mi papi. Ella patinó frente a su padre. Prueba de esta manera, papi. Se deslizaba en un solo pie y pronunciaba rítmicamente "uno, dos tres". Posteriormente cambió al otro pie. Uno, dos, tres. ¿Ves? ¡Es fácil! ¡Inténtalo!

Bowser dudó un segundo pero Peach y sus otros hijos lo animaron a hacerlo. Trató de dar un paso hacia adelante de nuevo solo para volver a perder el equilibrio. Si no hubiera sido porque Peach, Bowsy y sus demás hijos se encontraban cerca habría caído y posiblemente roto el hielo.

Tal vez en tu caso, debas deslizarte con ambos pies a la vez. Veamos, um... prueba empezando con tu pie izquierdo y luego el derecho. Eso te ayudará a mantener el equilibrio y no te preocupes si caes, nosotros te atraparemos. El Koopa tragó saliva y siguió sus instrucciones, contando en voz alta. Uno, dos, tres.... Uno, dos, tres...

Peach lo felicitó muy contenta, lo estaba logrando. También Bowsy y sus hijos vitoreaban a su padre. Mira mamá Peach, papá ya lo está logrando. Manifestó Bowsy, viendo como su padre patinaba mejor cada segundo.

Ella se desconcertó al oír al más pequeño de los niños koopa llamarla de esa forma. Aún cuando él ya sabía que no era su verdadera madre, seguía llamándola asi, sin embargo esta vez no le molestó. Se sentía feliz de que él fuera tan apegado a su padre. Lo acarició dulcemente en su cabeza sin dejar de mirar a su alumno.

Con cada deslizamiento el Rey Koopa se sintió mas confiado. Pero su temor regresó cuando se acercaba a la orilla. ¡Peach! ¿Cómo me detengo?

¡Oh, santas estrellas! Gritó preocupada la joven y al igual que ella los niños koopa lo observaban alarmados. ¡Apunta hacia dentro los dedos de los pies!

¿Cuál de los pies? Él ya estaba aproximándose al borde. ¡Por lo menos dime como dar la vuelta! Bowser cerró sus ojos y se preparó para el impacto. En cambio, él sintió que algo lo detuvo. Abrió sus ojos solo para ver que Peach sostenía tiernamente su brazo, sonrojándose por el gesto de la joven. ¿Sabes qué? dijo el Rey Koopa con una sonrisa. Me gusta más cuando lo hacemos juntos.

La princesa Toadstool suspiró aliviada de que se encontrara bien. Les dijo a los pequeños que pasaría mas tiempo con su padre para enseñarle a patinar mejor y les aconsejó que mientras tanto se fueran a jugar una guerra de bolas de nieve o a hacer un muñeco koopa de nieve. Los ocho asintieron y se separaron: Ludwig, Iggy, Bowsy y Larry se fueron al lado este para crear su propio muñeco koopa de nieve y Wendy, Lemmy, Morton y Roy por otro lado decidieron jugar a la guerra de bolas de nieve dividiéndose en equipos: Wendy con Roy y Lemmy con Morton. 


La princesa dejó que Bowser patinara nuevamente, esta vez manteniendo sus manos sobre sus hombros. Ahora para acelerar, mantén las piernas paralelas entre sí. Para reducir la velocidad, apunta ligeramente hacia atrás. Piensa en ello como.... ¡Papas fritas y Pizza! Papas fritas para ir más rápido, pizza para frenar.

Le tomó un tiempo comprender lo que le decía. Si las cuchillas de los patines se mantenían rectas, como las papas fritas, él se deslizaría mas rápido. Si lograba hacer una forma triangular con ellas, como una pizza, eventualmente debería detenerse. Peach le advirtió no frotar los patines juntos, de lo contrario tropezaría. Pronto, el Rey de los Koopas ya patinaba con facilidad. Se estremeció al sentir que la joven se apegaba a él agarrando su brazo con dulzura, para patinar junto a él y acompañarlo.

Ellos patinaron así durante horas, siendo observados por Bowsy y los Koopalings, que se encontraban junto a los muñecos Koopa de nieve y claro, Lemmy y Morton estaban algo aturdidos debido a que habían perdido la guerra de bolas de nieve. La princesa le enseñó algunos trucos, pero él solo trató los que hizo junto a ella.

 

En un momento trató de girar, solo para caer hacia atrás junto con Peach en dirección hacia los niños koopa. Al no poder hacer nada colapsaron contra ellos y destruyendo los muñecos koopa de nieve en el proceso, aunque gracias a toda esa nieve la caída fue suave. Todos rieron al mismo tiempo que se revolcaban en la nieve.

¡Eres genial, Bowser! Exclamó la joven que había quedado justo encima de él. Te falta un poco más de práctica, pero lo hiciste bien. 

Es que tuve una buena maestra. Aun riendo la tomo con delicadeza y la bajó de encima suyo. A parte de hermosa eres una gran atleta. Ella se sonrojó ante el comentario del Rey. Gracias... Fue muy divertido. Todos los días de nieve patinaba junto a los Toads y mis amigos y... Ella se desvaneció al pensar nuevamente en sus amigos. Bowser notó que su sonrisa desaparecía y apretó sus dientes. ¡Oh, no! ¡No esta vez! Se tumbó en la nieve, extendió los brazos y las piernas moviéndolos arriba y abajo contra la nieve. ¡Mira mi dulce Peach! Dijo levantándose. ¡Un ángel de nieve!

Peach y los hijos de Bowser echaron un vistazo a su trabajo. Los ocho jóvenes Koopa saltaban y reían felicitando a su padre por su "perfecto" ángel de nieve. La joven Toadstool por otro lado notaba que la figura quedó algo distorsionada y no se parecía en nada a un ángel. El Rey Koopa se encogió de hombros ante esto, pero dijo alegremente: Bueno, los ángeles están sobrevalorados.

Todos rieron ante aquel comentario y jugaron en la nieve hasta que llegó la noche, ya debían irse a dormir. Todos se despidieron y la familia Koopa se marchó al castillo de Bowser y la princesa se fue a su castillo. Al llegar a su cuarto, ella se tumbó en la cama y muy contenta se durmió, jamás se había divertido así en mucho tiempo. Bowser mientras tanto se encontraba en su balcón viendo como Kamek quitaba la nieve y descongelaba el lago. Debía admitir que fue un día espléndido y le alegraba ver a su hermosa Peach completamente alegre, por esa razón decidió no hacerle su pregunta habitual. Princesa Peach.... tal vez ella ya me quiera. Debido al cansancio entró a su habitación y se acostó en su cama para finalmente dormirse.










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